Características del discurso académico
La escritura académica es aquella que se produce en el ámbito universitario y científico. Comprende tanto los trabajos producidos por los alumnos universitarios (exámenes y textos de diversos géneros ya sea que funcionen como trabajos prácticos, evaluaciones, etcétera), así como también aquellos textos elaborados en la academia para la difusión del conocimiento científico. De este modo, el género académico se conforma de textos especializados que circulan en el ámbito científico y que, por lo tanto, guardan ciertas características comunes.
No obstante, estos textos no solo se elaboran dentro de la comunidad científica sino que también el género integra los textos que se difunden en ella, que circulan allí aunque quizá no hayan sido originados en el seno académico. Es decir, el emisor del texto es un especialista en un área disciplinar concreta y sus destinatarios, generalmente, también son especialistas o semiespecialistas en la misma disciplina del autor.
El objetivo principal del discurso académico es comunicar un descubrimiento científico. Sin embargo, este no es el único propósito, también debe convencer sobre la legitimidad e importancia científica de ese hallazgo. Así, las funciones del texto académico son tanto informar como convencer. Por esta razón, las principales tramas textuales son la expositiva y la argumentativa.
De todos modos, el discurso académico no deja de pretender la objetividad. Pero no como un contrapunto al propósito de persuasión, sino al contrario con un profundo convencimiento de los argumentos. Es decir, cuanto más desprovisto de carga subjetiva, más potencial de convencimiento logra un texto. Se trata de hacer que el lector suponga que ha tenido un encuentro genuino con una verdad objetiva ante la que no tendrá más remedio que aceptar.
Más precisamente, el carácter objetivo se logra a partir de la descontextualización del texto y, particularmente, la desagentivación. El discurso académico busca la descontextualización del texto para convertir su contenido en una verdad científica con validez universal y no sometido al contexto. Se señalan los siguientes recursos lingüísticos que manifiestan el carácter objetivo del texto:
- uso de un léxico preciso y elaborado;
- abstención de la anteposición de adjetivos valorativos;
- uso de conjunciones subordinantes y, en general, de elementos que expliciten las relaciones de significado que mantienen las oraciones y las partes del texto entre sí.
- utilización de un conjunto de mecanismos lingüísticos destinados a objetivar
Se trata entonces de estrategias discursivas, de herramientas formales del lenguaje para enmarcar las proposiciones. La utilización de la forma impersonal, de la tercera persona del singular o de la primera persona del plural en lugar de la primera del singular, el empleo de las formas pasivas en lugar de las activas, uso de sujetos abstractos y la preferencia por las nominalizaciones son algunos de los ejemplos a partir de los cuales se puede lograr el borramiento de las huellas del sujeto enunciador.
Sin embargo, como se anticipó más arriba, el discurso académico busca la transmisión pero además la aceptación por parte de la comunidad especializada de un hallazgo científico.
Introducción
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Desarrollo
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Conclusiones
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Planteamiento de un tema
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Ampliación del tema a través de explicaciones y ejemplificaciones
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Expresión de una idea cierre
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Planteamiento de un interrogante
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Explicación y ejemplificación del interrogante
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Solución del interrogante
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Antecedentes del tema
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Descripción del desarrollo actual del tema
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Indicación del futuro que posee el tema en cuestión
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Definición de términos
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Descripción, explicación y crítica de los diferentes modelos que tratan el concepto
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Proposición de nuevos términos o integración razonada a términos existentes
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Planteamiento de un problema
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Explicación y ejemplificación del problema
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Solución del problema o final abierto, para llamar a la reflexión a los lectores
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Señalamiento de una tesis
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Proposición de una antítesis
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Inferir una síntesis superadora de la lucha de contrarios
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